Por mucho que se pretenda viajar ligero, siempre acaba resultando que la suma de muchas pequeñas cosas acaba conformando una pesada carga.
Poco a poco os iremos mostrando los trastos que hacen que nos acordemos de ellos cada vez que la carretera mira para arriba, pero que en ocasiones nos hacen el viaje algo más confortable.



libros

Aunque parezca mentira, viajando en bicicleta no se dispone de mucho tiempo para la lectura. Pero después de comer o antes de que se cierren los ojos al acostarnos...


El acabar un libro tiene doble satisfacción: disfrutar de lo leído y quitarse un peso de encima.

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